Fruto de la colaboración entre Rolex y Pan-Am Airlines, la célebre aerolínea que realizaba vuelos intercontinentales sin escalas en la década de 1950, nació el GMT-Master. Para evitar que los pilotos y el personal de cabina de sus jets Boeing sufrieran de desfase horario, Pan-Am solicitó un reloj que pudiera mostrar simultáneamente las dos horas de los lugares de salida y llegada.
Así, en 1954, el cronómetro con bisel para indicar otras zonas horarias llegó al mercado. Apreciado también por su robustez, rápidamente conquistó a los viajeros de todo el mundo.
Y es precisamente esa robustez, junto con el negro Bv, lo que la convierte en un cronómetro capaz de afrontar incluso las aventuras más extremas.
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