El Explorer I es el símbolo del estrecho vínculo que siempre ha unido a Rolex con el mundo de la exploración y el mar.
Desarrollado en 1954 con motivo de la expedición británica al Monte Everest, debía afrontar las altitudes más extremas y las condiciones meteorológicas más adversas. La legibilidad del dial es inimitable y perfecta.
Menos conocido que otros modelos icónicos de Rolex, el Explorer I tiene un alma bien definida: apto para muñecas no demasiado anchas y para aquellos que buscan un enfoque discreto y sin ostentaciones.
Bv enfatiza estas características con su negro majestuoso y elegante.
Con el tratamiento N.O.C., los relojes de lujo camuflaje, además de convertirse en piezas únicas con colores que recuerdan los tonos militares, adquieren resistencia a los arañazos y al desgaste. Para un reloj que dura en el tiempo.
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